Por fin, Doñana ... tanto oír hablar del Coto, del Parque, de los Presidentes que veraneaban en el Palacio, de los desastres, de las conservaciones, etc., etc., hasta que llegó el día.

Después de las correspondientes y mareantes búsquedas a través de Internet, logro localizar un teléfono de reservas de plazas para conocer el Parque, pero el número de teléfono que facilita la web oficial, no es el de reservar, nos dan otro... y a llamar otra vez.

Para visitar el Parque tienes dos horarios: uno a las OCHO de la mañana y otro a las CINCO de la tarde, por tanto eliges el que menos daño te haga. Aunque los madrugones no me gustan, elegimos el horario de la mañana, al fin y al cabo en agosto se madruga con mejor talante (sobre todo si es para ir a Doñana).

El recorrido por el Parque dura unas cuatro horas, te montan en una especie de "Jeep", aunque la marca es Mercedes, y te llevan por una mínima parte de lo acotado. Nuestro conductor (como los demás), muy amable, atiende a todas las preguntas y te enseña todo lo que puede dentro del recorrido que tienen marcado por la Organización. Nuestro consejo para futuros visitantes, es que si pueden lo visiten en otra estación que no sea la de verano, ya que las marismas están completamente secas y no verán ninguna de las preciosas aves acuáticas que espectacularmente se alimentan de los productos marismeños, cuando hay agua. El calor también es un factor complicado para viajar en esa especie de Jeep que te recuerda a los coches de "presos" de las películas americanas de los años 50.

"Ojo" de agua

Los vehículos

Al principio del recorrido (entrando por Matalascañas), te sorprende la cantidad de personas que están "coquineando", cogiendo las buenísimas coquinas, durante muchos kilómetros de costa no dejas de ver cientos de marisqueadores, con sus aparejos, además de gaviotas, aves playeras y lamentablemente alguna lata, botella o resto de basura que alguien dejó como recuerdo.

De pesca en Doñana	La Costa de entrada	Los "coquineros"	Playas vacías	Desde el "Jeep"

En el interior, además de pasar cerca del Palacio donde se quedaba Felipe González, José María Aznar, y los que vengan..., pasas por kilómetros de dunas, como un desierto, tienes una parada en las marismas (como dije, secas en verano), puedes ver muy lejos algún águila culebrera, águila real, etc. (debes llevar prismáticos, si no te parecerán gorriones como los del parque de tu ciudad), también puedes ver a distancia algún ciervo que otro, jabalí, gamos, caballos y mostrencas (vacas).

Palacio de los Jefes	Los vehículos	Flor en el desierto

RESUMEN: Para visitar el Parque Nacional de Doñana, cualquier fecha mejor que en verano, ir sin demasiadas ilusiones de ver muchos animales, no contar con ver los galápagos que un famoso vicepresidente de un gobierno español, enumeró en alguna ocasión, y el día en que cambien la entrada desde Matalascañas (y salida), con varias chabolas que recuerdan el tercer mundo de más abajo, ... la cosa estará un poco mejor.