"Señor
Cela, parece ser que está usted dormido", a lo que
contestó el escritor diciendo: "se equivoca su Señoría,
no estoy dormido sino durmiendo", ante tan sorprendente
respuesta, el presidente le interpeló, "y dígame, Señor
Cela, ¿acaso no es lo mismo estar dormido que estar
durmiendo?, la contestación por parte del escritor y
entonces Senador Cela fue: "advierta su Señoría que no
es lo mismo estar jodido que estar jodiendo"...
Así nos
contaron la anécdota de Don Camilo José Cela cuando era
Senador (elegido a dedo, aunque fuese por la egregia
falange de su Majestad), si el escritor dormía,
dormitaba, pensaba, reflexionaba o no, es lo de menos,
lo importante es que lo que le ocurrió, le ha pasado a
casi todo el Mundo, aunque al resto de los mortales no
se les dió importancia y además, nadie cobró por ello.
Pocos se
han escapado de que alguna vez les dijesen eso de "estás
en Babia", en el limbo o pensando en las musarañas,
cuando lo que simplemente hacían era lo de don Camilo.
Los políticos de ahora, creen que los ciudadanos estamos
en esa situación casi trascendente, en fase meditativa y
medio rem, ya que, no concebimos las chorradas que
sueltan a diario, ¡qué abuso de apariciones en prensa,
radio y tv!, ¡qué cantidad de tonterías dicen para
convencernos de lo que ellos no están convencidos!.
¡Tantos gastos para ir a países que son peores que Jauja
y que Babia y que además creen que nosotros estamos
pensando en las musarañas!
No sabemos
qué es peor, si un senador como Don Camilo, elegido a
dedo, pero con mucho valor, clase y gracia, o un senador
elegido por los votos, pero escondido detrás de unas
siglas, vulgar y soso, esto choca con nuestras ideas de
la democracia, pero es la realidad.
Cuando sus
señorías se toman de
vacaciones el mes de enero (año 2005), además de las
del verano, puentes, Semana Santa, Navidades, etc.,
cuando la "fábrica" de sus señorías se paraliza tanto
tiempo, el ciudadano se hace muchas preguntas, llegando
a la conclusión de que los que llevan este País, creen
que aunque esto no es
Jauja, ni
Babia, estamos
pensando en las musarañas con tal entusiasmo, que nos
olvidamos de lo que pasa y ellos pueden seguir como Don
Camilo, pero en su casita, que allí nadie les dirá si
están dormidos y duermen, o lo otro.